sábado, 17 de marzo de 2012

Eres o sólo estás?

Hoy mi amigo Randy ha sacado a colación una oposición importante: Ser o estar.

Puede parecer una bobada a simple vista, pero no lo es. La elección entre el uso de uno u otro verbo puede significar una diferencia tan grande en nuestras mentes que casi determina el resultado final.

No es lo mismo ser golfa que estar golfa.
No es lo mismo ser tonto que estar tonto.

Bueno, estos son ejemplos chorras, pero lo cierto es que hay casos en los que poder usar el verbo Estar nos dice que hay una posibilidad de cambio, una esperanza en unos casos y un temor en otros. 

Las palabras son los vehículos del pensamiento. A través de ellas nos expresamos y definimos nuestros sentimientos respecto a todo lo que nos rodea. Al mismo tiempo, esas palabras, tanto si las pronunciamos nosotros como si es otro quien lo hace, tienen un efecto en nuestro pensamiento. Por lo tanto ser cuidadosos con las palabras que escogemos puede ayudarnos a dar diferentes enfoques a una misma situación.

Por ejemplo, el cancer y el resfriado son dos enfermedades. Dos personas que las padezcan pueden decir que están enfermas. Sin embargo, para la mayoría de nosotros, la primera tiene unas connotaciones dolorosas que la segunda ni siquiera sugiere, ¿Por qué? Pues porque la primera suele ir acompañada de otras aún peores, de historias tristes, de referencias negativas...y de este modo su significado inicial se ha enriquecido con todas esas alusiones emocionales que la convierten en el bicho feo que es.

A veces uno, de tanto estar, acaba siendo. O acaba creyendo ser. Lo hemos visto cientos de veces. Las personas se agarran a una situación, aunque sea mala, porque en sus cabezas se definen con seres en vez de con estares. Ser una víctima, ser maltratado, ser poca cosa, ser, ser, ser!

Sin embargo el ser humano viene al mundo con poco equipaje. Casi todo lo que llevamos puesto es prestado, adquirido a lo largo de la Vida. Somos poca cosa pero estamos montones de ellas: tristes, fuertes, alegres, enfermos, ágiles, optimistas...todo son estados adquiridos ( ¡estados! ) y lo que es adquirido se puede abandonar.

El libre albedrío  comienza en el pensamiento. Nadie es libre si no cree serlo. Todo es una carcel si creemos estar dentro de una. Si nos empeñamos en creer que estar es ser, nunca cambiaremos nada y lo que es peor, ni siquiera sabremos que algo puede ser cambiado.

Yo quiero ser muchas cosas, y elijo estar muchas otras que me benefician. ¿Podría hacerlo al revés? ¡Claro! De eso va ser librepensadora.

Cada día os vais a enfrentar al ser y al estar y sólo depende de vosotros escoger la opción correcta. Yo no se vosotros,pero sería una bobada estar mal cuando se puede estar bien, así que....estamos?

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