miércoles, 15 de mayo de 2013

Mutante

Esa soy yo, en cambio constante. ¡Y cómo me gusta!

He pasado muchos años estancada en un desagradable estado de inmovilidad forzosa, en que nada iba ni para arriba ni para abajo, ni hacia adelante ni hacia atrás.

Luego inesperadamente volví a unirme al río de la Vida y conseguí, con gran esfuerzo y no menor satisfacción, vivir contenta con mis circunstancias. Fue una tarea ardua, larga, difícil. Tuve que luchar mucho conmigo misma, aprender a ser consciente de mis pensamientos e intentar controlarlos y elegirlos a voluntad, a fin de erradicar de mi mente todas aquellas ideas que me estaban perjudicando en cualquier aspecto.  Y no es que esas circunstancias fueran dramáticas, ni siquiera malas. Pero el mundo, aunque sea un tópico, es del color del cristal con que lo miremos, y el mío era muy negro.

La Vida sólo te somete a las pruebas para las que estás preparado. Esto puede sonar hasta ofensivo para muchos, pero es verdad. Cuando te ocurre algo es porque puedes enfrentarlo y superarlo, por mas que te empeñes en despotricar y no seguir adelante.

Así que aquí estoy yo, en otro trance.....

Ya estaba bien, era feliz, disfrutaba de mi propia compañía, como en aquellos viejos tiempos de mi adolescencia en solitario. Salía, entraba, hacía lo que me daba la gana y llevé mi independencia natural a lo mas alto.....por fin me había superado a mi misma! 

Y entonces apareció él, con su carita y sus cosas, sus manías, sus costumbres, sus cosas buenas y malas...y todo el equipaje que cabía esperar para poner mi recién recuperada estabilidad patas arriba y volverme un poco mucho bastante loca a ratos. A veces es duro, porque estoy demasiado acostumbrada a decidirlo todo por y para mi, sin interferencias exteriores. Y ahora me toca un quiero-no quiero constante en el que me paso el día aprendiendo a ceder, a dar mas, a tomar menos, a renunciar, a callar a tiempo....Y yo de esto no se nada de nada!

Mi mente se desgasta intentando definir el límite entre el amor y la renuncia a uno mismo, intentando no perderse por el uno ni caer en la otra, alerta para no cometer errores pasados ni futuros y en una eterna tierra de nadie que me ha robado esa paz que había logrado con  tanta tenacidad.

Y como ya he recorrido varias veces este camino de piedras conozco bien los baches, los trucos, las claves...pero es que son tan fáciles y difíciles a la vez....! Se que sólo hay un fin en todo esto: recuperar esa paz siguiendo este nuevo camino que me han marcado. Y eso va a volver a exigir de mi mucho reseteo, mucho pensar adecuadamente y mucho controlar mis emociones para que la niña que llevo dentro, que todos llevamos, deje de despotricar y empiece a caminar. Ya me costó lo mío antes pero ahora tengo una ventaja adicional y es que conozco la satisfacción que da conseguirlo.

Espero poder llegar al final del camino; ¡ no hay opción! O llegas antes o llegas después, pero tienes que llegar o no podrás pasar al siguiente nivel....así es el juego de la Vida.

Besitos.