miércoles, 26 de febrero de 2014

Arrugadita

Me acuerdo perfectamente de la primera vez que la vi. Era muy pequeña, arrugada y con cosas blancas pegadas a la cabeza. Lloraba creo.

Bueno, si empiezo por el principio, en realidad lo que recuerdo es la cara de miedo de mi madre al salir para el hospital, asustada, temiendo por su vida y por la del bebé que estaba por llegar.

Luego si, luego la recuerdo a ella.

No sentí nada cuando la vi, lo que me decepcionó. Nunca había tenido hermanos y pensé que se sentiría algo especial por ellos desde el primer minuto, pero en realidad no fue así.

Ahora se que el cariño se hace con el tiempo.

Los bebés son todos bonitos. Y si no, son graciosos....pero ella era bonita. Tenía la cabecita redonda y el ceño casi siempre fruncido, como si le molestase la luz. Los bebés son como juguetes de carne y hueso, con esos dedos tan largos, esos pies tan pequeños.

Diez días después de su nacimiento salí del colegio toda emocionada contándole a todo el mundo que tenía una hermanita. Parece que por fin me había dado cuenta.

Aún así creo que aún siento a medias, que todavía no tengo claro lo que es tener una hermana, no estar sola en el mundo. Al final sólo quedaremos nosotras dos, es mi compañera en este camino familiar y cuando la mire, y ya no haya nadie mas, se que en ella veré todo el pasado que hemos compartido, todos los rostros, todas las anécdotas...porque sólo ella las ha vivido conmigo. Seremos únicas.

Hoy hace treinta años de aquel domingo de invierno. Hace treinta años que celebrábamos con un centollo su llegada al mundo.

Una de mis estúpidas costumbres con la gente a la que quiero es imaginar que se mueren. A mi hermana la he matado tantas veces.... debe ser que la quiero mucho. A pesar de haber deseado estrangularla con mis propias manos en mas de una ocasión, se que no podría hacerlo, así que para qué desperdiciar neuronas.

En mi lento progreso hacia el amor incondicional de hermana, ese que esperaba sentir de golpe y porrazo, creo que ya estoy en niveles lo suficientemente aceptables como para poder decirle a mi hermana, a mi enanita, que me alegro de que esté aquí, conmigo, compartiendo esta vida.







2 comentarios:

  1. yo también mato a la gente que quiero en momentos de estress para darme cuenta de lo mal que lo pasaría y que no hay nada mejor q ellos y entonces se m pasa el disgusto y los kiero con lokura porque están vivos! ¿estamos enfermas? patri también quiere a xira!

    ResponderEliminar
  2. Precioso el comentario ,,me ha encantado.Tienes razón , ella es la que tendras siempre contigo..

    ResponderEliminar