lunes, 9 de diciembre de 2013

Qué mundo este...

.....tan lleno de crispación gratuita.

A mi la verdad es que no me hace ninguna gracia ese empeño en hacernos vivir continuamente con la vena del cuello hinchada.

Obviamente y por ser además políticamente correcta, voy a decir que respeto todas las posturas ante la avalancha de informaciones negativas que nos ha caido encima desde que empezó esta maldita ( y espero que moribunda) crisis. Sin embargo mi posicionamiento no siempre parece tan respetado por los demás.

Yo no soy amiga de la crispación, ni de los nervios gratuitos, ni de arrojar adoquines o amenazar a policías. Creo, o mejor dicho, estoy segura, de que no llevan a NADA. Nada en absoluto. Ya conocemos abundantes ejemplos de países donde todas estas actitudes, los gritos, los cacerolazos y demás, lejos de solucionar el problema que fuera sólo han añadido mas leña al fuego. Hay que llegar a la guillotina o al bombazo para ver efectos, y eso me da aún mas asco.

En estos últimos años, hable con quien hable, esté en el entorno que esté, todo son quejas: quejas sobre la política, sobre el último recorte de turno, sobre las facturas de la Infanta, sobre la subida de la luz, sobre el caso Noos, sobre las preferentes, sobre Rajoy, sobre el PP, sobre el PSOE, sobre la independencia de Cataluña y yo qué se que mas!

Yo no soy de naturaleza híper optimista, pero de verdad que cada vez que escucho toda esta retahíla de despropósitos acabo sintiéndome desasosegada y mal a gusto, todo para nada, por supuesto.

Luego tienes a los revolucionarios, que se pasan la vida quejándose de que los demás no salen a la calle a tirar piedras o a acosar a políticos, por decir algo. Se te quejan en la cara de que tu, si, TU, no estás crispado las 24 horas del día pensando en que vivimos en una mierda de país y contribuyendo a mejorarlo pegando cuatro gritos o insultando al funcionario de turno. De que tu no haces NADA.

Pues bien, queridos alterados míos, esto es lo que os digo: NADA es lo que hacéis vosotros para mejorar el mundo. Gritar, insultar, faltar...nada de eso cambia el mundo a mejor. Lo que cambia el mundo es que cada uno de nosotros HAGA LO CORRECTO.

En vez de pasaros el día mirando por la mirilla lo que los demás hacen o dejan de hacer, procurad que lo que vosotros hagáis sí sea digno de respeto, actuad dando ejemplo, haced lo que debéis mirando para vuestro ombligo, no para el mío.

¿Queréis manifestaros? Adelante, la legislación os ampara y yo os apoyo, pero no para romper mobiliario urbano ni prender fuego a contenedores o atacar a la policía. Hay que tener un poco mas de dignidad, no?

Se de muy buena tinta que muchos de vosotros, los que me decís a mi lo que tengo que hacer, váis por la vida jodiendo al prójimo por auténticas chorradas, véase cagarse en la madre del que conduce despacio o hacerle la cama al compañero de oficina. ¿Cuántos de vosotros buscáis al dueño de 50€ que encontráis en el suelo? ¿Cuántos de vosotros dejáis cruzar a la gente en los pasos de cebra? ¿Cuántos de vosotros, en conclusión, hacéis de este un mundo mejor?

Yo me paso ocho horas diarias trabajando, y lo hago con gusto y buscando siempre, pero siempre, la excelencia. No hago trabajos a medias ni chapuzas, lo hago BIEN. Y cuando salgo a la calle, lo hago con una sonrisa. Sonrío al señor al que tengo que dejar cruzar cuando no me apetece, sonrío a la cajera del supermercado, sonrío al que me deja pasar, regalo educación y cortesía - bueno, salvo que me intenten pasar por encima con un coche, ahí igual me dan ganas de matar-.

No soy perfecta, las ganas mías! A menudo me canso y sólo quiero huir... Pero decidme, al final del día, ¿Quién ha contribuido mas a hacer de este un mundo mejor? ¿Vuestra crispación o mi amabilidad?

Y luego que me digan que no hago nada, manda coj...

Ivette.

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